Neuquén no puede resignar derechos, la producción intensiva de hidrocarburos no convencionales provocará una explosión demográfica en la zona de explotación que requerirá de infraestructura en viviendas, servicios, educación, salud, seguridad; inversiones que deberá realizar la provincia del Neuquén para lo cual es necesario lograr la mayor renta posible.
Las proyecciones que se manejan dan cuenta de un crecimiento en 250 mil nuevos habitantes en los próximos años, para lo cual debemos estar preparados, planificar un crecimiento ordenado, presupuestando los recursos necesarios que indudablemente deben surgir de la propia explotación y asegurando un desarrollo sostenible.
Los beneficios de la explotación de los recursos del subsuelo deben servir para mejorar la calidad de vida de los neuquinos que hoy habitan la provincia y los que vendrán producto de la migración interna que receptará Neuquén en el corto y mediano plazo. Debemos pensar en las personas y no en el beneficio de las empresas tal y como pretende YPF imponiendo un proyecto de Ley de Hidrocarburos a la medida de los operadores y en perjuicio de los estados productores.
Es incomprensible que dirigentes neuquinos, a contramano de la historia y la realidad presente, accionen en contra de los intereses provinciales apañando un centralismo como nunca se ha visto en la Argentina. La historia de nuestro país no registra un avasallamiento a las autonomías provinciales como en la actualidad.
Debemos fortalecer nuestro federalismo, impedir un nuevo avance sobre nuestros derechos y reclamar un nuevo pacto fiscal además de denunciar y recuperar los recursos que resignó oportunamente la provincia para el sostenimiento del sistema de jubilación por reparto. Ahora es cuando todos debemos estar unidos, los que queden al margen deberán dar cuenta ante el pueblo neuquino.
