«PRETENDEN ANULARNOS PORQUE SOMOS UN ESPEJO QUE LOS AVERGÜENZA»

Se ha oficializado ahora lo que ya se había decidido hace tiempo. Dos empleadas municipales cumplieron la orden de cancelar la afiliación partidaria a quienes habían decidido sustentar sus acciones en los verdaderos pilares de la Unión Cívica Radical: la defensa de las instituciones, la división de poderes, la distribución del ingreso; en definitiva, la exaltación de los valores republicanos.

Lo que sucede en la UCR neuquina no escapa a la realidad partidaria en todo el país. A partir de la crisis del 2001 y la salida de De la Rúa del gobierno, el espacio se transformó en una federación de caudillos donde nadie intentó rearmar un partido. A partir de entonces, aunque se hayan ganado elecciones en diferentes distritos, como en Neuquén capital, no se defienden los valores radicales, sino que se obtiene la victoria a través de prácticas caudillescas, de persecución y punteriles.

Siempre se le criticó a los radicales su conducta «de comité», algo de lo que nosotros nos sentimos orgullosos. Era en el debate del Comité donde se construían las políticas, se definían los perfiles de los candidatos, se diseñaban los programas de gobierno. Pero desde hace casi 20 años los Comités se encuentran cerrados en toda la República Argentina. El Comité Nacional se reúne únicamente para reafirmar su actitud genuflexa con el macrismo, nunca para señalar los constantes errores y horrores de su política. Nunca en la historia del país se han transferido tan brutalmente recursos desde los sectores medios y bajos de la sociedad a los sectores concentrados de capital.

No tengo dudas de que los dirigentes históricos del partido estarían avergonzados de lo que está ocurriendo. Que la UCR dependa de las decisiones de Macri o peor aún, de Marcos Peña, es absurdo, es una ofensa al partido. Como lo es, a nivel local, que se adopten decisiones dependiendo de la voluntad única y arbitraria del Intendente de Neuquén, virtual “propietario” de la UCR provincial. Un partido político no es un fondo de comercio que se vende y se compra para que alguien haga un buen negocio.

Los que hemos sido arbitrariamente privados de nuestra afiliación partidaria, paradójicamente, nos sentimos orgullosos de haberlo sido. Nosotros no hemos doblegado ni acomodado nuestras convicciones para mantener una pequeña cuota de poder o un cargo. Fuimos, somos y seremos radicales, no necesitamos que ningún “escribano” ratifique nuestra afiliación. Somos radicales en nuestras acciones, pensamiento e ideas. Por eso nos excluyen, por nuestra dignidad frente a la adversidad, porque somos un espejo que los hace avergonzar.

8498_Temp609

Share:

Leave comment